BERENJENA: LA MANZANA INSANA

La berenjena es planta herbácea nativa de una extensa región que va desde el noreste de la India y Birmania, hasta Norte de Tailandia, Laos, Viet Nam y el Suroeste de China. Su nombre ha atravesado varias transliteraciones desde su original ‘vangana’, del  sánscrito antiguo hablado por los Brahmanes. En el siglo VI AC, el fruto  viajó al Imperio Persa, donde se le llamó ‘badengan’, y de aquí al árabe como ‘baranjan’ y ‘badinjan’. Con el paso de la civilización árabe a Al-andalus (756 DC), la palabra pasó al castellano antiguo como  ‘berengena’, y  luego al portugués como ‘beringela’. A principios del siglo XVI, pasó al catalán como ‘albergínia’, y posteriormente al francés  como ‘aubergine’.

Con la expansión imperial portuguesa (siglos XIV y XV DC), el nominativo luso se llevó a varias ciudades de la costa sur oeste de la India y a Sur Asia, donde se transformó del portugués a ‘brinjal’, que es como se le llama hoy en la región de su nacimiento.

¿Y por qué en Italia se llama ‘melanzana’? La berenjena era desconocida por los antiguos griegos y romanos, pero se extendió por toda la cuenca mediterránea como resultado de la expansión musulmana en los siglos 7 y 8. Así, el adjetivo ‘melitzána’, del griego antiguo ‘melas’ (negro), pasó a los tratados botánicos latinos como ‘melongena’,y luego al italiano moderno como ‘melanzana’ (la manzana insana), pues se estimó venenosa por lo botánicos de la Alta Edad Media, algo que es cierto, pues la berenjena contiene pequeñas cantidades de alcaloides tóxicos.

En italiano mantuvo el mismo nominativo (melanzana), que es como la llaman hoy los italianos. Posteriormente, el puritanismo léxico británico empleó el sustantivo eggplant, posiblemente porque las primeras que se llevaron a Inglaterra en 1761 eran de la variedad  blanca ovoide.

Su nombre científico (Solanum melonjena) lo estableció el sueco Carlos Linneo (1707-1778) cuando publicó su enciclopédica obra, ‘Species Plantarum’ (1753).  En la taxonomía, Linneo le adjudicó el vocablo ‘Solanum’, que en la antigüedad se utilizaba para nombrar el fruto negro o morado de la ‘Hierba mora’, y  lo apodó ‘melonjena’ (manzana insana), característica que  por mucho tiempo se le había asignado a la fruta de esta generosa hierba.

 

Referencias

Carlos Linneo, Species Plantarum (2nda ed.), II vols. Imprenta Laurent Servii, 1763.

Don Bothwell y Patricia Bothwell, Food in Antiquity: A Survey of the Diet of Early Peoples, Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1998.

Felipe Fernández-Armesto, Historia de la comida: Alimentos, Cocina y Civilización, Barcelona, Tusquets, 2004.

J.G.Vaughan y C.A Geissler, The Oxford Book on Food Plants: A Guide to the Fruit,Vegetables,Herbs and Spices of the World, Oxford University Press,1997.

Kenneth F. Kiple y Kriemhil Conee Ornelas, The Cambridge World History of Food, II vols., Cambridge University Press, 2001

Marie-Christine Daunay y Jules Janick,  “History and Iconography of Eggplant”; en: Chronica Horticulturale, vol. 47 núm. 3, 2007.

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